Comentarios en relación al ensayo elaborado por el Ing. Alejandro García Ocampo, sobre el “documento: “Las ciudades como fuente de equidad” Entrevista a Alejandro Avena.
La Calidad de Vida es un concepto utilizado para evaluar el bienestar social de individuos y sociedades. El término es utilizado en una generalidad de contextos, tales como sociología, ciencias políticas, estudios médicos, estudios del desarrollo, etc. No debe ser confundido con el concepto de estándar o nivel de vida, que se basa primariamente en ingresos. Dentro de los indicadores de calidad de vida incluyen no solo elementos de riqueza y empleo sino también de ambiente físico y arquitectónico, salud física y mental, educación, recreación y cohesión social.
El pensar en equidad social en países tercermundistas o en vías de desarrollo a veces parecería ser utópico si nos comparamos con la calidad de vida y equidad en países de primer mundo como Canadá, Australia, Alemania o nuestro vecino país Estados Unidos.
Sin duda resulta difícil el tratar de entender y aplicar dentro de nuestra vida diaria dichos conceptos o términos cuando día a día nos enfrentamos a niveles de pobreza en aumento, a la inseguridad como protagonista de la página principal de los periódicos, deficiencia e insuficiencia en los servicios de salud pública, escasez de empleo, un sistema educativo y de gobierno incompetente e infraestructuras que dejan mucho que desear.
Ahora bien, si aplicamos lo anteriormente mencionado hacia un punto más especifico de nuestra profesión y dentro de un contexto más general y completo dentro del cual todos somos parte como “la ciudad”, podríamos citar la importancia en la creación y diseño de ciudades y espacios en los cuales no solo se busque un protagonismo monumental de la obra arquitectónica en si, como sucede actualmente, en la cual la mayoría de las veces se busca la trascendencia personal del arquitecto o diseñador en base a presupuestos millonarios y los cuales dejan en bancarrota o con una amplia deuda a los gobiernos de estas ciudades obteniendo solo un reconocimiento a nivel icónico pudiendo el mismo presupuesto ser destinado hacia obras sociales que busquen las trascendencia y la mejora de la calidad de vida de todos los individuos que integran determinada sociedad y no solo la de un sector limitado.
La Calidad de Vida es un concepto utilizado para evaluar el bienestar social de individuos y sociedades. El término es utilizado en una generalidad de contextos, tales como sociología, ciencias políticas, estudios médicos, estudios del desarrollo, etc. No debe ser confundido con el concepto de estándar o nivel de vida, que se basa primariamente en ingresos. Dentro de los indicadores de calidad de vida incluyen no solo elementos de riqueza y empleo sino también de ambiente físico y arquitectónico, salud física y mental, educación, recreación y cohesión social.
El pensar en equidad social en países tercermundistas o en vías de desarrollo a veces parecería ser utópico si nos comparamos con la calidad de vida y equidad en países de primer mundo como Canadá, Australia, Alemania o nuestro vecino país Estados Unidos.
Sin duda resulta difícil el tratar de entender y aplicar dentro de nuestra vida diaria dichos conceptos o términos cuando día a día nos enfrentamos a niveles de pobreza en aumento, a la inseguridad como protagonista de la página principal de los periódicos, deficiencia e insuficiencia en los servicios de salud pública, escasez de empleo, un sistema educativo y de gobierno incompetente e infraestructuras que dejan mucho que desear.
Ahora bien, si aplicamos lo anteriormente mencionado hacia un punto más especifico de nuestra profesión y dentro de un contexto más general y completo dentro del cual todos somos parte como “la ciudad”, podríamos citar la importancia en la creación y diseño de ciudades y espacios en los cuales no solo se busque un protagonismo monumental de la obra arquitectónica en si, como sucede actualmente, en la cual la mayoría de las veces se busca la trascendencia personal del arquitecto o diseñador en base a presupuestos millonarios y los cuales dejan en bancarrota o con una amplia deuda a los gobiernos de estas ciudades obteniendo solo un reconocimiento a nivel icónico pudiendo el mismo presupuesto ser destinado hacia obras sociales que busquen las trascendencia y la mejora de la calidad de vida de todos los individuos que integran determinada sociedad y no solo la de un sector limitado.
Para ver el ensayo completo del Ing. Alejandro García Ocampo ir al siguiente enlace: